martes, 25 de septiembre de 2012

NO A LA TELE, por Javier




La Liga de Fútbol Profesional y las plataformas audiovisuales, las teles para entendernos, siguen con su estúpida cruzada contra todos y favor de nadie. Y digo nadie porque ellas mismas están sufriendo pérdidas por decisiones cada vez más insostenibles, absurdas y ridículas que saltan a la vista de los que, como yo, poco sabemos del mundo empresarial pero que, con los datos recién conocidos estos días atrás y la comparación con otros países de nuestro entorno, dejan en evidencia la falta de aptitud, tal vez actitud, de gente que maneja mucho dinero, buenos trajes y pocas ideas, al menos, brillantes.
            Hace sólo unos días se publicaron cifras de asistencia a los estadios así como de abonados a los canales privados de televisión futbolera. En ambos casos las pérdidas superaban el diez por ciento con respecto a otros años, el pasado sin ir más lejos. O sea, que tanto desparrame de horarios contrario al más elemental criterio comercial para vender un producto que casi se vende solo, tanta amenaza consumada contra emisoras de radio y otras muchas decisiones para destrozar los intestinos de la gallina de los huevos de oro que se supone que es la Liga española, han dado como resultado pérdidas y más pérdidas, de dinero, de seguidores, de afectos y hasta de interés. Eso sí, en animadversión se han hinchado a ganar adeptos.
            A todo esto, menos mal que las radios pueden contar lo que sucede en campos como El Toralín de Ponferrada porque si no, en pleno siglo XXI, el siglo de las luces pero de las de bajo consumo, nos hubiéramos quedado sin saber qué ocurría en un partido de la Liga de Fútbol Profesional en el que la UD Almería jugaba por alcanzar lo más alto. Con más medios técnicos que nunca, con más posibilidades y con más gente predispuesta a recibir información, la máxima de conmigo o contra mí sigue imponiéndose en este mundillo de luces horteras que conforma el dúo fútbol-televisión. No importa el consumidor, ni siquiera el trabajo bien hecho, sólo la pasta facilona y en grandes cantidades. Pues parece que ni pasta, ni espectáculo, ni televisión, ni seguidores, ni desde luego, nada nuevo en nuestra España, tampoco vergüenza.

                   (Publicado en Diario IDEAL de Almería, el día 25 de septiembre de 2012)

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