UD ALMERÍA
Resulta que las gradas de fondo,
tan demandadas por la afición y con la prensa como principal altavoz, ya están
puestas. Tan rojas y blancas, con las siglas del equipo y todo, tan bonitas y
llamativas. Dicen los que la han visitado, no es mi caso, que desde allí el
fútbol se ve incluso mejor que desde los laterales. Es la pequeña joya del club
para honrar a los exigentes aficionados almerienses que, finalmente, la han
convertido en bisutería.
Gradas supletorias en el estadio Juegos Mediterráneos |
Es
desolador y el club ya sí queda exento de cualquier responsabilidad por la
falta de compromiso social. La decisión de colocar las gradas de fondo para ver
bien el fútbol, porque así lo pedíamos como solución a la sequía de
aficionados, nos ha vuelto a dejar bien retratados a los almerienses. Ahí las
tenemos, para llenarlas, porque así lo pedíamos, así lo exigíamos. Y ahí están,
medio vacías. Como el resto del estadio. Como tantas cosas en esta ciudad.
En
Almería son necesarias, regularmente y cada pocos años, algunas obras de esas
que producen lo que los galenos llaman efecto placebo. Nos morimos en esta
ciudad si no hay aparcamientos subterráneos y nos ahogamos con tanto tráfico.
Un servidor ve, un día sí y otro también, el magnífico parking de Padre Méndez
vacío en un 80% de sus plazas. En la Avenida
Vilches es incluso peor. Y en tantos otros. Pero los tenemos.
Son nuestros. No los utilizamos pero ahí están, para decir que nuestra ciudad es mejor.
Como ya ocurrió con el puente que cruza las vías del tren o el de Pescadería. Parecía
un crimen institucional obligar al ciudadano a cruzar la carretera a la altura
de la Casa del
Mar sin un paso elevado. Se construyó y después de muchos años sólo se ha
utilizado para ver bien alguna que otra vuelta ciclista con destino en Almería
y para que todos los usuarios de la vía Parque sepamos, con el glamour de una
sábana vieja y algo de spray negro, que los tortolitos del barrio de turno se
casan en breve. Pero ahí están esos puentes. Son nuestros y de nadie más. Y a
callar.
Cinco
mil y pico, y poco, fueron los aficionados que 'despoblaron' las gradas del
estadio. Los de siempre e incluso algunos menos. Los asientos de fondo están
ahí, huérfanos, pero al menos han cerrado bocas. Es cuestión de tiempo que
volvamos a exigir con insistencia y hasta displicencia que otros hagan obras y esfuerzos para uso común. Pero
con nosotros que no cuenten. Almerienses.
(Publicado en IDEAL de Almería, el día 2 de octubre de 2012. Sección deportes)
(Publicado en IDEAL de Almería, el día 2 de octubre de 2012. Sección deportes)
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ResponderEliminarUn buen lugar es muy importante para el equipo del juego.
ResponderEliminarLos fanáticos usan la camisetas de futbol de su propio equipo de apoyo para mirar el juego y también esperan tener un buen lugar.