miércoles, 5 de septiembre de 2012

FAIR PLAY A LA CARTA por Javier


Artículo previo al partido España-Croacia, Euro 2012

          Dicen que en Europa hemos perdido los valores básicos que hicieron de este continente una referencia moral a nivel mundial. El mal uso del dinero y la avaricia desmesurada nos han llevado a una depresión sin igual y a una cadena de suicidios, reales y figurados, como nunca antes se había conocido. En España, especialmente, esa caída libre de las normas de convivencia, de comportamiento, de valores que nos hacen más humanos, han volado por los aires y hasta la clase dirigente ha demostrado carecer de clase y de capacidad para dirigir mostrando un aprecio vergonzante por lo inmoral y casi por lo delictivo. Desde la Junta de Andalucía hasta la Casa Real pasando por el poder económico y judicial, todo está manchado por lo peor de la condición humana.
España-Croacia. EURO 2012
          Menos mal que llegó la Eurocopa y con ella el respeto, los valores y el juego limpio, dicho sea con toda la ironía de la que soy capaz. Menos mal que en plena decadencia pudimos recibir pautas de buen comportamiento de italianos y griegos, cuna de nuestra cultura. Los helenos bastante tienen con lo que tienen, con su nuevo estatus de pobres sin honor. Pero el viejo Imperio Romano, a través del fútbol, nos ha enseñado a ser mejores personas. Después del enésimo episodio de corrupción deportiva en un país que ya ni se avergüenza de ello, tuvieron el valor de decirle a españoles y croatas que debían ser honestos y tener espíritu deportivo, ese que ellos desconocen, para que uno de los dos se inmolara en nombre de los herederos de la gloriosa Roma. Sin pudor, sin vergüenza y sin honor, dudaron de españoles y croatas abiertamente y a priori, precisamente ellos, sí, ellos, los italianos. Entendieron que el espíritu deportivo es contrario a un pacto interesado sólo porque en esta ocasión les interesaba. A estas alturas vinieron a enseñar al planeta que el fútbol consiste en jugar para ganar y no para conseguir objetivos.
Recuerdo que cuando España vencía 1-0 a Croacia y faltaban dos minutos para el final, un servidor deseó sin pudor, sin rubor, con alguna duda eso sí, pero en voz alta que los balcánicos marcaran un gol. España hubiera quedado primera e Italia se hubiera marchado a casa. No me cabe duda de que ellos lo hubieran hecho así. Pero es que, además, no considero que sea antideportivo ni deshonesto aunque la actitud de los de Del Bosque me llenó de orgullo. En fútbol hay objetivos que cumplir y lo importante es ganar la guerra y no sólo batallas concretas. Si la estrategia para vencer exige pactar una rendición temporal, bienvenida sea.
No me sentí mal por tener esa visión de las cosas. Todo lo contrario. Sólo unas semanas antes me tocó vivir, a mí y a los seguidores de la UD Almería, la otra cara de la moneda y lo hicimos con resignación y hasta comprensión. Otro icono del viejo Imperio, Córdoba, actuó como su Senado ahora prohíbe. Negaron la opción de victoria en su batalla contra los ‘Celtas’ para así ganar su guerra. Consiguieron su objetivo. Todo olvidado. Y en Almería tuvimos que pensar qué hicimos mal y no perdimos excesivo tiempo en culpar a cordobeses y gallegos de nuestros errores. Ahora Roma, inmoral y delictiva, dicta normas de comportamiento en sentido contrario cambiando el orden de lo moral, de lo honesto, del deber ser. Qué pena de Europa, de Eurocopa, de crisis y hasta de fútbol, del italiano al menos. 

(Publicado en diario IDEAL, el 24 de junio de 2012)

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