miércoles, 12 de marzo de 2014

CUERPOS MUTANTES, por Javier

Real Sociedad 2- Rayo Vallecano 3. (M. Deportivo)
No es normal lo que ha sucedido esta jornada que por fin ya se acabó. Que muchos de los de abajo, de los llamados a quemarse en el infierno, le dieran de su medicina a otros tantos que van a repartirse todos los méritos y los premios de la competición, no es algo muy habitual. Menos aún en un campeonato en el que las clases, las jerarquías, están muy definidas.
           Pero la necesidad es más peligrosa que la virtud. Todo hace indicar que la veda para cazar en cualquier campo se ha abierto y el tópico de ‘no hay rival pequeño’ empieza a hacer de las suyas. Hasta ahora cada uno ha ido tirando con lo que tenía y las posiciones en la clasificación eran un reflejo casi exacto de la calidad de cada plantilla. Con la luz asomando al final del túnel, los corderos de la competición se convierten en lobos obligados por el instinto de supervivencia.
           La jornada que se fue dejó a la UD Almería como el primer damnificado de esa mutación que cada año se produce cuando marzo arranca y los días empiezan a ser más largos. Que en una sola jornada hubiera tres resultados inexplicables, lo explica todo. Que Valladolid, Granada y Rayo vencieran al Barça, Villarreal y Real Sociedad, además de las victorias del Betis y del Málaga, este último en Pamplona, son un aviso de que el orden de las cosas ha cambiado, de que los equipos se han lanzado a tumba abierta y que ahora son los de arriba, al tener algo que conservar, los que van a sentir el miedo en el cuerpo, la presión de perder lo que durante tanto tiempo han tocado con sus dedos.
Valladolid 1 FCB 0. (Web R.V)
          Quema tanto el fuego de la Segunda División que el pánico a huir del mismo convierte en extremadamente peligrosos a los que ya tienen quemaduras. Es cierto que esta semana ha sido la UD Almería la que ha sufrido los rigores del cambio de orden que ya ha llegado. Eso sucedió porque los franciscanos aún tenían algo que conservar y el miedo por los resultados de los rivales les pesó como una losa. Ahora que son uno más entre los que deberán pelear por sobrevivir en la arena del circo, la forma de entender cada partido será diferente. No hay nada que proteger, nada que guardar y nada que perder porque ya les han quitado todo. Es hora de sobrevivir y ahí sí creo en hombres que ya han resucitado una vez. No es lo mismo ver a Trujillo y compañía con el temor de perder una pequeña renta de puntos que con los ojos inyectados de sangre buscando oxígeno y vida ante cualquier rival y en cualquier lugar.
              Lo que ha pasado esta jornada volverá a suceder muchas veces antes de que el campeonato eche el telón. Y el Almería, seguro, dará que hablar.


                                                        (Publicado en IDEAL Almería, el día 12 de marzo de 2014)