miércoles, 29 de octubre de 2014

EL TRIVOTE Y LA R.A.E, por Javier


No hay derecho. Buceando por el diccionario de la RAE en busca de la palabra de moda en el entorno de la UD Almería, me di cuenta de que no existe. Sin embargo, otras que no hay por donde cogerlas, sí que están reconocidas. Valga este artículo como llamamiento a los académicos para admitir el término ‘trivote’, al que tanto significado está dando el bueno de Francisco. Porque uno de los requisitos, según la propia Academia, para admitir un ‘palabro’ nuevo, es que se use durante al menos siete años consecutivos. Y el trivote que ahora impregna los pensamientos y las tertulias rojiblancas, lleva entre nosotros mucho más de ese tiempo. Así que, señores de la RAE, hagan ustedes el favor.
Si se escribe en la barra del diccionario ‘on line’ de la Real Academia Española el término trivote, se encuentra que “no está registrada en el Diccionario. La que se muestra a continuación tiene forma con una escritura cercana. Tricotar”.  Y uno, que busca ser pulcro con el lenguaje, se queda planchado al ver como un término que usa con cierta asiduidad desde que a Francisco le dio por juntar en el campo a Azeez, Verza y Thomas, no está reconocido.
Pero eso no es lo más doloroso para este que ahora escribe y que ve tambalear sus cimientos lingüísticos adquiridos a fuego en la añorada y aún no mejorada EGB. Lo que hace que el sufrimiento sea insoportable, es comprobar cómo los académicos se dejan vencer por las ‘chonis’ hispanohablantes y los ‘calorros’ balbuceantes, haciéndonos comulgar con palabrotas como ‘almóndiga’, ‘toballa’, ‘murciégalo’, ‘vagamundo’, ‘asín’, ‘crocodilo’ o ya, para destrozarnos el buen gusto por las letras, ‘amigovio’ o ‘papichulo’.
Algunas de esas palabras pueden aceptarse, tal vez, por cuestiones de antigüedad. Otras, sin embargo, son un mazazo a la evolución humana. Admitir ‘amigovio’, algo más que amigo sin llegar a ser novio, es lo mismo que llamar imbéciles a los que se esfuerzan por hablar de forma correcta.
Chonis y calorros de España y Latinoamérica nunca agradecerán el esfuerzo que por ellos hacen los inquilinos de las sillas con letras mayúsculas y minúsculas. De hecho, ni siquiera se enterarán. Sin embargo, los almerienses futboleros, donde caben letrados e iletrados, nos sentiremos ninguneados y despreciados por la RAE mientras no reconozcan en su diccionario que Francisco no atenta contra el buen gusto cuando utiliza un ‘trivote’. Vale que es una palabra horrible, que duele escucharla y más aún pronunciarla. Pero aunque sea por comparación, creo que merece una oportunidad. Donde se ponga un buen trivote, de calidad, con sacrificio en defensa y llegada en ataque, bien coordinado y con físico para noventa minutos a tope, es decir, donde se pongan Verza, Azeez y Thomas, que se quite un amigovio y no digamos ya un papichulo.
Azeez, Verza y Thomas, el TRIVOTE. (foto La Voz)
Ah, por cierto. El palabrón ‘haiga’ también está admitido. Dice la RAE que es una palabra irónica para referirse a un “automóvil muy grande y ostentoso”. Me da a mí que por estos lares el uso de ‘haiga’ es más complicado de digerir. Aunque alguno ya estará rumiando por ahí conjugar el verbo para que quepa en el diccionario. Al tiempo.   

(Publicado en Diario IDEAL, en fecha 29/10/2014, sección Deportes)


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