Dice Rosell, el del Barça, en su
organización de las cosas, porque ahora a muchos catalanes, no a todos, les ha
dado por organizarnos la vida a los demás así, sin anestesia, que quiere una
liga de Primera División con dieciséis equipos de los que bajarían cuatro a
Segunda que a su vez estaría formada por dos grupos de dieciséis, es decir, por
treinta y dos clubes de otras tantas ciudades que se partirían la cara por
jugar contra el Barça del amigo Sandro. Y todo para que la Champions pueda
acoger hasta sesenta y cuatro equipos, el doble de los que tiene ahora.
Está
claro que tonto no es el President, aunque trate a los demás como tales, y como
buen catalán nacionalista sabe que la pela está en Europa y no en la decadente
e incómoda España. Sabe, como sabemos todos, que tal y como están las cosas su
Barça nunca caerá en los cuatro puestos de descenso y que jamás conocerá qué
significa jugar en Segunda con otros treinta y un clubes de perfil miserable.
Tampoco es que le importe mucho el continente, pero está seguro de que
cualquier mediocridad centroeuropea pagará por ver a sus vedettes blaugranas
mucho más que la gente de Asturias, Andalucía o Castilla, cargadas de parados y
tal vez de prejuicios. Por eso quiere sesenta y tres rivales para su Barça,
buenos o malos pero no españoles de medio pelo. Bueno sí, Valencia, Sevilla,
At. Madrid y sobre todo Real Madrid le valen por lo que valen, aunque le
molesten un poco.
El
iluminado blaugrana, otro más, como el ‘President de tots’ que pese a llamarse
Más no hace sino restar para que le salgan sus cuentas, quiere mandar a España
entera a Segunda División. Artur pretende lo mismo convencido como está de que sólo
‘Catalonia’ es sinónimo de Primera. Uno actúa por la vía deportiva y otro por
la política. Y ahí andan los dos, entretenidos.
El
himno catalán ‘Els Segadors’ (los Segadores) les viene como anillo al dedo al
dúo de presidents, porque con la hoz bien afilada quieren limpiar el fútbol
español de malas hierbas donde, por cierto, entramos de lleno los almerienses.
Claro que, qué más da si al fin y al cabo y pese a las intenciones de Artur y
Sandro, se cuentan por miles los ciudadanos de Almería capaces de enfundarse la
camiseta blaugrana y partirse la cara con quien sea en nombre de las siglas FCB
y dejarse la garganta gritando Bar-ce-lo-na mientras vapulean a ‘su’ Almería en
plena Vega de Acá, sí, sí, al lado de El Puche. Pues eso, que al final van a
tener más razón que un santo los segadores.
(Artículo publicado en diario Ideal, sección Deportes, el día 6 de noviembre de 2012)
Te felicito, aire fresco en esa atmósfera irrespirable, en la que los odiados vacíos de intelecto rinden pleitesía gratuita y enaltecida a su Reich henchido de nacionalismo."Sieg Barsa, Hei Barsa". ¿se Puede alcanzar mayor grado de estulticia?, si, nunca es suficiente.
ResponderEliminarTe felicito.